Todo sería diferente si les leyéramos la Biblia a nuestros hijos, pero si no sabes cómo despertar el interés de tus pequeños por la Palabra e incorporar tiempo con Dios en su rutina, debes saber que es más común de lo que crees, ¡y el problema no eres tú! Esto sucede porque existen algunas barreras que dificultan esta conexión. Descubre algunas de ellas: